Radioguide

lunes, 18 de marzo de 2024

Un Lunes de Cuento 18_03_2024

Bienvenidas y bienvenidos al programa número 17 de un “Lunes de Cuento” de nuestra Tercera Temporada, el 71 del total de las tres Temporadas. 

Hoy continuamos la emisión de nuestro programa con los cuentos narrados por 5ºA de Primaria del Centro. 

Relájense, pónganse cómodos, cierren los ojos. y déjense llevar por las voces de nuestro alumnado quienes les transmitirán la magia de los cuentos. 

Quédense con nosotros pues estamos seguros de que pasarán un rato inolvidable en un mundo lleno de imaginación y alegría! 

Y como de costumbre el equipo de Radio Cangas del colegio público Reconquista les desea: ¡Buenas noches y felices sueños!

 

domingo, 17 de marzo de 2024

LA GUERRA NAVAL EN EL MAR CANTÁBRICO: FORTIFICACIONES DE LA GUERRA CIVIL EN LA COSTA NORTE




 Como ya es norma, las ponencia de Guillermo Herrero nos sorprende con aquella parte de nuestra historia reciente que no es tan conocida y que tiene sus episodios de gran importancia, sirviendo de complemento esencial de aquellas páginas  que no fueron escritas por lo que aumentan  nuestro conocimiento.

LA IMPORTANCIA DE LOS INSECTOS POLINIZADORES

 

Extraordinaria ponencia ofrecida por Vanesa Paredes y Alberto Uría sobre la importancia de preservar y respetar la naturaleza y sobresaltar la importancia de los insectos que hacen que este siga.


martes, 12 de marzo de 2024

La riqueza de la vida y el cambio global

 


Hace algunas fechas, tuvimos la oportunidad de disponer en este espacio y en la biblioteca Dulce María Prida, ponentes que nos hicieron ver la necesidad de poner veto a los desmanes que la raza humana está realizando y el riesgo que ello conlleva. Hoy también hablaremos de ello, pero de una manera profunda y analizaremos que es la vida y su biodiversidad.

 

El ser humano ha pasado de vivir en sus inicios fusionado con su entorno, donde extraía sus necesidades, a ver esa biodiversidad que le rodea como un terreno propio que puede moldear a su antojo en busca de otras necesidades que dejaron de ser básicas hace muchos años: de ser una interacción a convertirse en explotación.

 

Los bosque, los océanos, en definitiva, los espacios que nos rodean, son un conglomerado de formas de vida que con su asociación y compromiso,  conduce a la creación de estos ecosistemas tal como los conocemos: Un ejemplo muy especial son los corales, que si bien representan un reclamo turístico, la evolución les ha conferido la labor de protegernos de los tsunamis, generan alimento y protección para miles de animales ya que en ellos habitan el 32% de las especies marinas e incluso entre sus componentes, se producen medicamentos contra el cáncer.

Este ejemplo no desmerece al resto, bosques, desiertos, llanuras, tundras o la alta montaña, donde las especies tanto animales como vegetales, de todos los tamaños, han creado a lo largo miles de años una comunidad que evoluciona en el bien común, dentro de un equilibrio que solo el homo sapiens ha tenido la torpeza de alterar y espero que no llegue el día en el que ésta, la tierra y sus ocupantes, nos hagan devolver todo aquello que le hemos quitado

lunes, 11 de marzo de 2024

Un Lunes de Cuento 11_03_2024

 

Bienvenidas y bienvenidos al programa número 16 de un “Lunes de Cuento” de nuestra Tercera Temporada. 

Hoy continuamos la emisión de nuestro programa con narraciones del alumnado de 5º de Primaria del Centro quienes nos leerán cuentos increíbles que nos transportarán a lugares mágicos y nos harán soñar despiertos. 

Relájense, pónganse cómodos, cierren los ojos y déjense llevar por las voces de nuestro alumnado que les harán vivir la magia de los cuentos. 

Quédense con nosotros pues estamos seguros de que pasarán un rato inolvidable en un mundo lleno de imaginación y alegría! 

Y como de costumbre el equipo de Radio Cangas del colegio público Reconquista les desea: ¡Buenas noches y felices sueños! 

miércoles, 6 de marzo de 2024

Tres canteros medievales.

Tres canteros medievales



 

Es curioso que en lo que va de año, estamos a principios de marzo, me he encontrado varias veces con la misma historia, invención o leyenda, contada de similar manera en diferentes trabajos que han pasado por mis manos sobre la arquitectura románica, y es curioso porque ya la conocía de mi etapa de trabajador activo de finales del siglo XX y principios del XXI.


Cuenta el cuento al que me refiero que corría el siglo XII y se estaba construyendo la catedral de Chartres. Obreros de todos los oficios iban y venían atareados como un enjambre de abejas laboriosas: aquí descargaban las piedras de las carretas que llegaban en interminable hilera de la cantera; allí, los carpinteros se esmeraban con los troncos traídos de los montes cercanos; más allá, los peones fabricaban argamasa para colocar los sillares que trabajosamente labraban los innumerables canteros venidos en cuadrillas de todas partes. Cerca de ellos, otros estaban desbastando piedras, tallando primorosos capiteles y canecillos, midiendo y escuadrando... Parecía una muchedumbre que se movía sin orden ni concierto, pero por encima, rigiendo todas las idas y venidas, estaba el maestro constructor con la regla y el cordel, que llevaba en la mente y en los planos lo que se pretendía lograr.


Cantero labrando un sillar y monje bendiciendo la obra.
Santa María la Real de Nieva (Segovia). S. XIV


 Acertó a pasar por allí un mercader forastero que regresaba de sus negocios, y la curiosidad le encaminó a acercarse a un pequeño grupo formado por tres canteros. La afición a ver trabajar a los demás cuando uno no tiene ya nada que hacer no es cosa de los jubilados de nuestros días, pues ociosos siempre hubo y contemplar la actividad ajena es una de sus distracciones favoritas.

Era el mes de julio y aunque era media mañana el día se presentaba ya muy caluroso; el sol caía a plomo desde el cielo despejado sin una sola nube y los canteros trabajaban sudorosos y extenuados bajo un sombrajo de cañas.

Nuestro burgués, al cabo de unos minutos de observación, se atrevió a hacer una pregunta indiscreta. Se encaminó hacia al más cercano de los trabajadores que, maldiciendo y con el rostro contraído por el esfuerzo y la acritud, escuadraba con un hacha una piedra de regular tamaño.

– ¿Qué está haciendo, buen hombre?, preguntó el ocioso paseante.

– Pues ya lo ve, ganarme la vida con este sol abrasador. Maldigo el día en que me hice cantero. ¡Ojalá hubiera aprendido el oficio de tejedor o de zapatero!

Canecillo con un cantero, Iglesia de San Salvador
Pozancos (Palencia) Finales del S. XII

Nuestro protagonista camina unos pasos y se dirige al trabajador de al lado, quien después de golpear y dar forma a una piedra con el pico, la está apartando para hacer lo mismo con otra.

– ¿Qué hace usted, buen hombre?, pregunta al esforzado trabajador.

Molesto por la presencia del fastidioso visitante, y malhumorado por el esfuerzo que está realizando desde el amanecer, contesta mientras se seca el sudor:

– ¿Es que no lo ve? Estoy labrando sillares. Necesito dinero para manenerme a mí y a mi familia y esto se me da bastante bien.

Canecillo con un cantero labrando un sillar
Iglesia de San Miguel, Ayllón (Segovia) S. XII


El viandante avanza un poco más y se coloca frente al tercer trabajador, quien está realizando una tarea similar a la de los dos anteriores. Acaba de abujardar una piedra y la está dando la vuelta con cuidado de que no se parta para iniciar el mismo proceso de tallado de otra.

– ¿Qué está haciendo usted, buen hombre?, pregunta de nuevo el burgués.

El trabajador, sonriente y orgulloso, contesta de manera entusiasta:

– Estoy construyendo una catedral.

Construcción de un monasterio
Santa María la Real de Nieva (Segovia). S XIV

Los tres trabajadores estaban haciendo una tarea similar. Los tres cobraban la misma cantidad por piedra acabada y marcada. Una tarea que requiere el mismo esfuerzo y pericia por parte de los tres, pero que realizaban con una actitud muy diferente. El primero, como una maldición que le había caído encima; el segundo, con resignación para poder cobrar su jornal a la caída del día; el tercero, disfrutando de su trabajo con alegría y motivación. 

Esta tercera respuesta se convierte para nosotros en un interrogante. ¡Un simple cantero, un diente más del gran engranaje, construyendo una catedral..! ¿Acaso esta sencilla frase no encierra un gran misterio, un misterio que sin darnos cuenta buscamos cuando contemplamos su obra ochocientos años más tarde, un misterio que nos concierne a todos porque a todos nos sobrecoge “su catedral”

Esta narración (o cuento, o historia, o leyenda, o metáfora, o parábola…), esta ficción al fin y al cabo, nos tiene que hacer pensar y comprender el ideal de la Edad Media, de aquella época en la que las piedras hablaban, unas veces a gritos, otras veces susurrando, pero sin mordazas, sin parar de conversar con quien tuviera tiempo de pararse a escuchar su mensaje entonces y quien lo tenga hoy. ¡Ay, si supiéramos entender a las piedras..!

Hoy en día, esta enseñanza que los tres canteros brindaron al mirón medieval se sigue utilizando, mutatis mutandi, en el mundo de la empresa. Se la conoce como la teoría X, la teoría Y, ambas de Douglas McGregor, economista norteamericano que entre otros campos destacó en el de la administración de empresas, y la teoría Z” de William Ouchi, también experto en gestión empresarial.

La primera, la teoría X, es la que representa el primer cantero: el trabajo es una maldición y por eso nuestro hombre, el trabajador, es pesimista, estático, rígido y con aversión al trabajo, al cual evitaría si fuera posible. 

La segunda, la teoría Y, es la representada por el segundo: el trabajo es algo tan natural como el ocio y la diversión, se realiza porque hay que realizarlo y asume su tarea porque obtiene una compensación que le permite alcanzar otras satisfacciones.


El palo y la zanahoria, teoría X y teoría Y

La tercera, la teoría Z, postula que “si los trabajadores aprenden a amar a su compañía y desarrollan el sentimiento de pertenencia a la misma conseguirán aumentar su productividad”. Ciertos son los toros diría más de un amigo mío: nuestro cantero “Z” comprende su papel en la obra, conoce lo que está haciendo, se involucra y trabaja con alegría. Y así es como se consiguen resultados espectaculares.

Esquema de la teoría Z


Pero esto, evidentemente, es un cuento diferente que no es el que cuentan las piedras, pero que podrían contarlo si se lo preguntáramos porque, a fin de cuentas, lo conocen desde hace siglos, lo llevan en su interior porque se lo comunicaron en cada golpe de hacha, de cincel, de trinchannte, de bujarda, y ellas saben del grado de satisfacción y orgullo que muchos canteros medievales sintieron al trabajarlas, verlas avanzar desde la cantera hasta su sitio en la obra y concluir la construcción de la catedral.

Y tener en cuenta que nuestra función, espectadores del siglo XXI que nos enfrentamos a un edificio medieval, no consiste en criticar unas formas aparentemente extrañas, apreciar su estilo figurativo u opinar sobre la mayor o menor pericia del artista/artesano. Tenemos algo mejor que hacer, tenemos que afanarnos en comprender  que nos encontramos frente a unas formas y a unas imágenes que encarnan un ideal espiritual plasmado por el entusiasmo, la desidia o las necesidades del autor, y no podemos rechazar estos componentes tan necesarios sin desnaturalizar al hombre que hubo detrás de cada piedra. 

Sin discutir acerca de lo más o menos realistamente, de lo bien o lo mal realizado que esté el trabajo, y mucho menos midiendo en parámetros actuales, hemos de meditar sobre el significado interno de lo que contemplamos, imaginar o soñar las motivaciones de quién lo llevó a cabo, el cómo y el porqué de lo que hizo para transmitir un significado fundamental al hombre de hoy, saber que era un hombre con ilusiones y anhelos, ya que así le otorgaremos la ocasión de expresar su verdad sin inmovilizarla en un dogma intelectual encorsetado en épocas, maestros, escuelas y talleres que solo atiende a resultados y no a personas.


Antonio García Francisco.

Colmenar Viejo, marzo de 2024






martes, 5 de marzo de 2024

LA LUNA A TRAVÉS DE LA HISTORIA DEVELANDO SUS SECRETOS

 


Si de algo podemos estar seguros, es que la luna ha ido de la mano en cuanto a la evolución del ser humano se refiere. Nuestro astro ya ha sido representado como deidad en el paleolítico hace nada más y nada menos que 11.000 años, aunque existen restos de un sistema de notación lunar de hace poco más o menos 40.000 años atrás en muestras que se pueden hallar entre la cultura Gravetiense.

 

Estos datos atestiguan la importancia que a lo largo de los milenios supuso: el ser humano primitivo vio en ella el signo de la vida, con su nacimiento, su plenitud y su ocaso, para luego volver a renacer, lo que Platon definió como el “ETERNO RETORNO”

 

Si dejamos aparte lo esotérico de este relato, en épocas tan tempranas como el paleolítico, la medición del tiempo bien pudiera ser condicionada por las fases lunares, el hueso del Abri Blanchard, repleto de trazos y muescas, de unos 30.000 años de antigüedad, se ha interpretado como notaciones lunares que siguen la trayectoria de dos lunas.

 

Varias fueron las civilizaciones que representaron ese eterno retorno como método de medir el tiempo y para tal idearon los calendarios lunares, incluso hoy, en el siglo XXI en China los meses son lunares y empiezan siempre en luna nueva.

 

La luna marca hoy en día muchos hechos festivos: el Ramadan musulman, el Pesaj judio,la Pascua cristiana, la cual asegura que fija la resurrección de Jesús el primer domingo tras la primera luna llena tras el equinoccio de primavera.

 

Si nos adentramos en el propio lenguaje, no es ninguna casualidad que la raíz indoeuropea para nombrar la Luna: me (que en sánscrito dio la palabra más, méne en griego o mensis en latín) signifique ‘yo mido’. Es decir, la Luna servía para medir. Otros vocablos actuales recogen esta misma raíz en una amplia diversidad de idiomas.

 

En castellano tenemos, por ejemplo, la palabra ‘mes’, que la vincula con el tiempo; pero también ‘menstruación’, lo que resulta muy significativo ya que nuestro satélite se ha considerado normalmente femenino porque su ciclo se asimila al de la mujer. Y esta relación no ha desaparecido del todo, cuántas veces hemos oído decir que las mujeres son lunares, aunque amigos masculinos de Radio Cangas tenemos que ser sinceros y pensar que con sus influjos muchas veces somos nosotros los que estamos en la luna

 

Hoy hablaremos de la Luna con un amigo: